viernes, noviembre 20, 2009

Legitimando el e-learning

No pensé que llegaría a hacerlo pero, además de legitimarlo, validarlo, acogerlo, adoptarlo y quererlo, ahora lo defiendo.


Un compañero contó que le dieron la mitad del bono de estudios en su trabajo (un conocido colegio, qué paradoja!) a causa de que la modalidad de estudios era e-learning. A mí me preguntaron si en algún momento daría una prueba con lápiz y papel, como todos los mortales. La respuesta es no, porque el mecanismo de evaluación es diferente.


Para quienes se animen, les cuento que es exigente. Los tiempos que te ahorras en traslados los ocupas en leer y leer los materiales que te permitirán hacer los aportes sustantivos y minimizar los aportes no sustantivos. Es decir, el cambio vale. Te sacas el viaje en metro, micro o auto camino a la Universidad y lo cambias por efectivamente estudiar, desde cualquier parte.

Cuesta que el entorno lo entienda. Yo legitimo la modalidad en la medida que el educando tenga la suficiente madurez para adoptar el desafío sin desfallecer. No basta con darle una miradita a los papers. No se puede conversar con el de al lado (porque no hay). Todos somos protagonistas. Se aprende de las experiencias de todos y no de las de uno, como en el habitual modo presencial.

En fin, hay muchas ventajas. La única desventaja me parece que es la escasa interacción. La imposibilidad de verle los gestos al otro cuando lo interpelas en actitud crítica. Eso que si estaba en la Universidad pública, donde además conocías realidades que te quebraban…

Práctico, exigente, moderno, acorde con los tiempos. Antes fue la imprenta, ahora es el e-learning!

lunes, agosto 17, 2009

Un cuento de Pipe!

(leer lento, con voz de cuento!)

Érase una vez un pequeño príncipe llamado Felipe Arturo, que vivía feliz en su casa junto a sus papás. Un día, llegó el tiempo de que comenzara a ir al Jardín, para aprender, crecer y jugar.
Entonces, su mamá fue a preguntar si lo podían recibir. La tía Carrrla le dijo: "Pero claro!, firme aquí y allá y verá lo fácil que todo será".

Felipe estaba ya listo para ir al Jardín y esperaba ansioso poder comenzar a aprender y a jugar con los niños. Mientras tanto, sus papás se preocupaban de alistar todo lo necesario para pronto poder empezar: papeles, algunas ropas, sacos y todo lo que un benjamín como él podía necesitar.

Un frío día de Agosto, Felipe Arturo se despertó muy temprano y fue a buscar refugio en la cama de sus papás. Mamá, que ya estaba despierta y muy activa, lo tomó en brazos y le cambió la ropa de noche por la de día. Lo acarició, lo besó y lo alimentó, como cada día. Papá, aún dormido, se levantaba lo más rápido que podía. Felipe, mamá y papá sabían que este era un día muy importante para todos.

Papá desocupó el carrueje y se lo dispuso al pequeño príncipe, que ya estaba envuelto en varias capas de cálidas telas. El pequeño príncipe calzó sus guantes y su sombrero y se dispuso a enfrentar este nuevo desafío, en esa fría mañana.

Mamá caminaba algo nerviosa hacia el Jardín. Papá trataba de recordar cada momento vivido y todas las alegrías que el pequeño príncipe hasta ahora les ha dado. Era inevitable recordar todo el tiempo que ha pasado, por lo que papá no encontró nada más apropiado que cantar aquella melodía de la caja con imágenes: "te quiero yo, y tú a mi, somos una familia feliz..."

Ahí estaba el Jardín. Con sus colores alegres y sus lúdicos espacios estaba listo para recibir a Felipe Arturo. El pequeño príncipe entró con confianza y se dispuso a conocer y saludar a las nuevas personas. Usó su primer truco, su frase "está grande..." que la dice a cada persona que no reconoce bien, precisamente para que esa persona se la diga a él!

El frío espantó a los niños, que llegaron más tarde que el pequeño príncipe. Después de jugar un rato, de haber comido de las galletas del astuto Renato y de haber cortejado a la morena Alé, apareció la tía Carrrla para inquietar a papá. "Estamos un poco preocupadas" le dijo. "Felipe Arturo no debería acostumbrarse con estos niños y debería acostumbrarse con este otro grupo". El desafío tenía que ser mayor, desde el primer día.

Entonces, la tía Carrrla decidió que desde mañana el pequeño príncipe asistiría al Jardín con un grupo de niños un poco mayores.

Decidido esto, era hora de ir a casa. La tarea del día estaba cumplida y el pequeño príncipe estaba un poco cansado, debido a lo tempranero de su amanecer y a la actividad con los otros niños. Felipe Arturo no aceptó volver en el carruaje y quiso solamente los brazos de papá.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado!

Hijo, con los ojos húmedos de emoción dispongo mi vida, mis brazos y todos mis esfuerzos para ti, para tu alegría diaria. Con tu beso de todos los días estoy pagado, para siempre!

Felicitaciones por tu primer día de tu vida de educación! Te amamos!

lunes, febrero 02, 2009

¿Cuándo estaremos en condiciones de dar un salto?

No me refiero al salto de karateca que da Joaquín para sorprender a su papá. Tampoco al salto que hace dar a su mamá Agustín, cada vez que despierta. Tampoco al salto a la piscina que Pipe aprendió a dar durante las vacaciones en Costao do Santinho, en brazos de mamá (lugar alucinante, altamente recomendable en FNL, Brasil). Me refiero a un salto como país.

Con el boom Obama, he leído que una medida para generar empleo en Estados Unidos (mientras duren los efectos de esta crisis que ellos mismos causaron...) será invertir en renovar y mejorar su infraestructura. Un país como Estados Unidos tiene infraestructura antigua, cosa de la que nosotros no sabemos mucho... es cierto lo que decía KT hace unos días: vas a Europa y te encuentras con edificios, iglesias y monumentos que tienen 400 o más años y están sin grandes problemas. ¿Tenemos en Chile edificios que tengan más de 400 años y que no tengan problemas? Se me viene a la memoria un ejemplo entrañable: la Iglesia de San Francisco, en Curicó. Esta Iglesia es del siglo XIX no más y ya no celebra ceremonias, debido al riesgo que implica para moros y cristianos.

Hace unos días, leía los resultados de un estudio en que se analizaba la red eléctrica de Estados Unidos. Detectaron una serie de falencias (que quedaron en evidencia con el apagón de hace unos años, se acuerdan?), frente a lo que Obama manifestó que había allí una oportunidad de generar empleo en renovación de infraestructura. En la misma línea, Francia anunció hoy que inyectará recursos por varios miles de millones de dólares para mil proyectos e inversiones públicas, de manera de enfrentar la crisis, dinamizando la economía y no necesariamente aumentando el consumo.

¿Y qué hacemos en Chile? Quejarnos y decir que todo está mal. ¿Cuál es la forma en que ayudamos a mejorar lo que está mal? Es difícil la pregunta, pero en toda recesión hay un escenario propicio para mejorar.

El hermano de un amigo volvió hace poco de Oceanía. Siendo Ingeniero él y su señora Enfermera, trabajaron ambos como temporeros en el proceso del kiwi. Pudieron ver todo el empuje de esta gente, que, con condiciones iguales o menores a las nuestras, son uno de los principales productores del mundo de esta fruta. Los horarios de trabajo son estrictos, las pagas son buenas y la gente es tratada con respeto y gratitud por el valioso trabajo que desempeñan.

Grandes empresas del rubro alimentario han adquirido territorios en África, para hacer experimentación con semillas y así desarrollar nuevos cultivos, bajo condiciones diferentes a las habituales. Antes de la crisis sub prime, más de una vez escuché acerca de la crisis alimentaria que tendremos en un futuro próximo.

¿Sabían que Obama dice "United States", en vez de "America"? ¿Sabían que Obama es de origen humilde? ¿Sabían que Obama usa BlackBerry y estuvo bastante reticente a dejarla (dado el caracter público de todas las comunicaciones del Presidente de los Estados Unidos)?

Con todo esto quiero decir que el "Change we need" también es posible acá. Podemos hacerlo todos, reinventándonos y sacando lo mejor de nosotros para cambiar e innovar. Las nuevas tecnologías nos dan oportunidades para avanzar y nos muestran que eso de "la aldea global" es tan real que nos afecta enormemente que un estadounidense deje de pagar su dividendo.

Con todo esto quiero decir que si miramos más adelante de nuestro propio "espacio vital", veremos las necesidades de los otros y no sólo las nuestras. Con humildad, respeto y responsabilidad social podemos hacer crecer a nuestro entorno más cercano y propiciar oportunidades para quienes hagan mérito por ellas. Lo importante es que esto es una red y cuando consigues ayudar a alguien, debes comprometerlo para que haga lo mismo una vez que pueda.

¿Por qué no podemos tomar nosotros las riendas de nuestros destinos y ponernos a desarrollar tecnologías, procesos, equipos, maquinarias o servicios que tengan un nuevo valor y nos permitan crecer e imponernos como potencia? Siempre hay oportunidades, pero hay que estar dispuesto al cambio y no tratando de enquistarnos a nuestro queso. Al queso hay que seguirlo!